En todos lados que la gente está harta de la política. Hastiada. Los venezolanos, dentro y fuera del país, parecen haber desconectado. Algunos por proteger su sanidad mental, otros por genuina indiferencia y unos más porque resulta difícil y agotador intentar seguir la pista de todas las movidas del tablero, que cambia incesantemente, pero que siempre termina exactamente igual. Sea cual sea el motivo, creo que la apatía es un grave error.
Faltan cerca de dos meses para que haya elecciones en Venezuela y me sorprende que todavía haya una cantidad importante de venezolanos que desconoce la fecha, que no sabe cómo funciona la inhabilitación de María Corina Machado o que ignoran quién es Edmundo González.
La multitud desprecia cualquier tema político. Entonces los comediantes ya no hacen chistes al respecto en sus presentaciones, los que tienen pódcasts evitan explícitamente cualquier debate y, en general, pocos cantantes se atreven a hacer alguna mención. Así que la irreverencia que les permiten sus plataformas es anulada por miedo a generar rechazo entre las masas, por temor a molestar a los del otro bando y también por intentar amasar una audiencia más grande, más global, sin banderas ni colores.
Y entiendo que el negocio de los artistas no es hacer proselitismo sino música que genere dinero. Por eso no espero nada de ellos. Y por eso me gusta cuando se atreven a tomar partido y utilizan su altavoz para protestar, como lo hacen La Vida Bohème, Rawayana o Lil Supa en sus líricas.
O Danny Ocean, que ha alcanzado un nivel internacional tan alto que resulta lógico que permanezca alejado de todo eso, pero no puede desentenderse. A finales de abril, Daniel Océano se presentó en la función de los Latin Grammy, en Las Vegas, y se aseguró de que la cámara captara el texto impreso en su camisa: 28 de julio, el día de las elecciones. Una de las tantas veces que se ha pronunciado para visibilizar la situación venezolana.
Pero lo que siempre me ha parecido honorable de su postura es su negación a presentarse en Venezuela. En la Venezuela actual. Porque es evidente que tiene allí, en su casa, una fanaticada enorme. Y esa decisión implica, en su negocio, una gran pérdida de dinero. Pero es una cuestión moral, y lo ha repetido en varias entrevistas; mientras el Gobierno siga generando pobreza y migración masiva, su ética le impide presentarse y beneficiarse como si nada de esa miseria estuviese ocurriendo.
Toda persona tiene el deber de cumplir sus responsabilidades sociales y participar solidariamente en la vida política, civil y comunitaria del país, promoviendo y defendiendo los derechos humanos como fundamento de la convivencia democrática y de la paz social. (Constitución venezolana. Art. 132.)
Ahorra dinero. En Camelcamelcamel puedes buscar un artículo de Amazon y consultar su precio histórico para saber si está caro o barato. También puedes crear alertas para que te avise cuando haya una rebaja.
Y con esta extensión de Google Chrome puedes monitorear los precios de otras tiendas y así cazar ofertas.